“Compartimos un
idioma muy rico (el español) en una tierra riquísima (América) y podemos tener
un futuro espléndido si potenciamos cada una de nuestras singularidades dentro
de un ámbito común” Anónimo

Siempre me fue difícil mantenerme impertérrito ante los escalofriantes relatos nacidos del imaginario común que habitan en cada país, pueblo o barrio. Se enriquecen con el paso del tiempo y procuran otra connotación cuando son transmitidos oralmente. Pero para beneplácito de los que nos apasiona leer historias, estas mitologías populares también han alcanzado dimensión literaria, es el caso de Cuentos de terror para Franco Vol. 1 del escritor argentino Hugo Mitoire publicado por la editorial Gente Nueva en el año 2015 y prologado por Rodolfo Zamora Rielo.
M le pregunta a su Tío, quiere saberlo todo
acerca de cosas que escapan a su entendimiento, desea descubrir si un ánima es
lo mismo que un aparecido o si las alma en pena son iguales a los fantasma. El
Tío le habla del Pomberito, Cambá-bolsa y la Pora, y de poderes especiales que
se necesitan para enfrentar estos fenómenos. Este libro surge por la necesidad
que tuvo Hugo de perpetuar los cuentos que en las noches le pedía su hijo
Franco antes de dormir. Es además un homenaje a su tío Aldo, de quién diría:
“Siempre me admiré y me sentí privilegiado de tener como pariente a una persona
a la cual solo le ocurrían cosas extrañas e increíbles”.
Ocho son las narraciones que completan el
singular texto, aproximándonos a leyendas populares de la Argentina, donde también
podemos encontrar un glosario de vocablos, expresiones dichos y exclamaciones
propios de este país para hacer más asequible su comprensión. En esta edición
cubana son significativas las ilustraciones de Maikel Martínez Pupo, quien
aparte tiene a su cuenta la composición, la cubierta y el diseño en general, con
el que logra crear una sugerente alianza entre imágenes y palabras. Aunque los
cuentos están narrados desde una tercera persona no se hace para nada aburrido,
por su lenguaje coloquial, hasta el punto de convertirse en familiar. La
tensión narrativa se halla en la capacidad del escritor para sorprender a
partir de sus líneas argumentales, es claramente un ejemplar de literatura
juvenil del género de horror. Mediante diversas situaciones la valentía cruza
sus páginas alzándose como tema esencial.
Recomendable para esos amantes de los libros
pequeños que esconden cautivadoras fábulas y para aquellos que son hábiles para
encontrar en la diferencia lo semejante.
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